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Malditos poetas

Eran finales de febrero, principios de marzo
                          ¿Qué más da?
                                         La primavera llamaba, el invierno soñaba.

Volábamos entre risas y sueños de metas,
hablábamos de proyectos por venir, de ciudades debajo de nosotros.
          Un día te encontré diferente, 
                diferente a cómo te recuerda mi ausencia.

Decidí escribirte unas letras, dedicar un poema a los encuentros fugaces
de esos que nunca sacarás de tu mente aunque no hayan significado nada
nada más que un intercambio de ideas y miradas sinceras.

Entonces descubrí, y me convencí a mí mismo de que eso es la poesía:
              Un encuentro furtivo entre los instantes únicos y la memoria inconexa.

Los verdaderos poemas surgen a la luz de la luna, 
con el dolor de un corazón, abrazando a una rata muerta,
viviendo el gozo de una vida plena...

Hay quienes los fabrican a conciencia, con vocabulario que ni ellos mismos entienden,
       se llenan la boca y la pluma de letras que los miran con odio, 
            yo también los odio... Malditos poetas

Malditos poetas aquellos que hacen poesía con el diccionario en la mano,
   Malditos poetas aquellos que dicen sentir, y su falacia engaña a las damiselas,
      Malditos poetas que tienen una sintaxis correcta pero un silencio incorrecto...
         Malditos poetas, no poetas malditos, esos si valen la pena...

Malditos poetas que ni siquiera merecen la maldición.
  Simples poetas de mierda que no conocen el verdadero amor,
      el verdadero amor de tomar a las letras y follarlas con todo el sentimiento
            de haberlas destrozado y luego decir que fueron sólo tuyas...

Poetas que no merecen la denominación.
Poetas que no son...
                     son simples entes que creen que ya encontraron una razón
                     y dejaron de buscar...

Entes burdos que ni siquiera merecen la entrada de este blog

Comentarios

  1. Aquellos malnacidos que aludes en tus letras son los mismos que en las noches de abismo absoluto puedes tomarlos en un libro, leerlos a ratos, cerrarlos e ignorarlos tajantemente sin que les importe un carajo tu indiferencia... y, sin embargo, te inspiran. Te dan ganas de respirar un aire no contaminado. Te ayudan a escribir. Como a aquella niña que se sirve de la imaginación y padecer ajeno para sentirse humana. Para empatizar... Follemos, pues, con las letras... Hacer, entonces, una orgía verbal... Un threesome entre fonemas...

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  2. Qué paradoja si usted escribe en la tónica... acostumbrado a la rima para meditar en palabras dulces...

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