Me desperté tarde, como siempre … Estuve listo en tres minutos, tengo el tiempo medido. Me pediste que no fuera a trabajar. Si quisiera saber cómo te fue en el día, te preguntaría en el desayuno… con la mente aún sumida en el letargo de Morfeo. Soy fan de tu surrealismo… Como si Varo, Dalí y Carrington se sentaran a mi mesa y me contaran dos segundos de una novela de Shakespeare. No, mi erudición no es tanta… Es sólo que me gusta verte sonreír, a las 9:45 de la mañana, justo en el momento en que me doy cuenta de que me van a despedir. Entonces abro los ojos y estás, no estás… Sólo me quedan remanentes de esa mañana eléctrica, de cuand...
Ideas extraídas de una bestia llamada Gonzalo Ramos