Como algunos ya sabrán (o tal vez nadie de los que lee este blog, si es que alguien lo lee) hace unas semanas perdí mi celular... ese mismo día aprendí y recordé muchas cosas de la vida, y coincidió con ser dos días antes de que comenzara el Festival Artístico / Cultural de Cancún, que tuve a bien liderear junto con mi mujer... Algunas de las cosas que aprendí es que "No tiene caso enojarnos, si nosotros tuvimos la culpa de lo que pasó" cortesía de Ernesto; recordé que "Lo esencial es invisible a los ojos" y nos regalaron todas las flores del mundo... También me di cuenta del valor de las cosas materiales, osea nada, comparado con todo lo que realmente importa, y algunas cosillas similares... La pérdida de ese celular significó algo que nunca había pensado: el desprendimiento de lo material y lo fácil que se va lo que costó dinero... y esto viene a colación con el hecho de que ese mismo día recibí la enseñanza mencionada allá arriba de que no tiene caso enojarme...
Ideas extraídas de una bestia llamada Gonzalo Ramos