Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2017

Pushing me away

Escucho el nuevo disco en Mixup . Es el segundo de mi banda favorita del momento. El primero fue impactante y cambió el rumbo de mi vida musical. Tengo casi 15 años. Mi papá me dice que me lo compra, pero quiere que conozca el contenido de lo que escucho. La condición es simple: traduce todo el primer disco, me entregas las traducciones y te doy el dinero para que te compres el nuevo . Una semana después, con mi diccionario inglés-español desgastado y un bonche de hojas llenas de garabatos y rayones a mano, paso mis borradores en limpio a la computadora. Le doy las hojas impresas a mi papá después de pelearme con la maldita impresora —todas las impresoras son un invento de Satanás—. La que más me gustó es la última, habla de una relación en la que él ha se ha esforzado por ser suficiente bueno, pero eso no salió bien y ya está cansado. Me gusta esto de ‘Esta es la última vez / que me echo la culpa / con tal de estar bien contigo’. O eso le entiendo, mis traducciones son medio chafa

Mil novecientos ochenta y ocho

—Se murió uno de mis cantantes favoritos. —Ya sé, ya estoy hasta la madre de verlo en el Facebook. Que se suicidó, ¿no? —Sí, la neta no entiendo. Todos sobrellevamos este bodrio que a veces llamamos vida, o lo disfrutamos, cuestión de cada quien, pero no llego a entender del todo por qué la gente se mata. —Ajá, osea, estás triste porque eres pobre, te cortas las venas… ¿no te das cuenta del pedo en el que vas a meter a tu familia? Si no tienen ni para comer. Otro caso: estás triste porque te dejó la muy ingrata, te pegas un balazo en la cabeza… qué pinche bonita imagen para el periódico amarillista, quizá hasta consigas la portada y eso fue lo más importante que conseguiste en tu vida. Uno más: te fuiste de tu casa, estás lejos de tu familia, no tienes a nadie, te cuelgas de la hamaca… ¿y luego? Ni que fueras Mozart para dignificar una fosa común, ni quien reclame tu cuerpo. —Bueno, tú andas bien pinche grinch . —No, güey, al contrario. Creo que sobran razones para vivir. ¿No

Preocúpate por mí en las madrugadas

Mi vida que es un laberinto de estíos con inviernos y poca primavera, de noches largas y amaneceres prontos con tres enervantes o carente de ellos. De mis dedos corre un híbrido entre prosa y blasfemia que funde en mis ojos la tinta digital; busca a su presa y la acecha, la apresa y la deja libre, no intenta matarla porque sólo espera. Sin remitente, sin destinatario surgen letras y sueños ardientes, me deslizo entre nostalgias futuras y añoro los próximos tiempos de verano. Te digo que te preocupes por mí, sería lindo saber que me esperas al otro lado del cuarto, saber que me esperas al final de los tiempos, sentir que me esperas al terminar la noche. Porque tienes rostros distantes y cercanos, eres una y a la vez eres todas las mujeres que quiero y deseo como la primera noche cuando te vi a los ojos y mis brazos te ataron. En ese momento no te hablé de mis noches que a veces son lentas y otras vertiginosas, que me encuentro en la calle o fumando un recuerd